Este proyecto, auspiciado por Animados Icaic y Bis Music, cuenta las aventuras de la gata Mini, en 12 canciones-videoclips.
Con frecuencia citamos a los tres mosqueteros de Dumas, “todos para uno y uno para todos”, aquello de que “en la unidad, está la fuerza” o su frase antónima, “divide y vencerás”.
Sin embargo, son más las veces que hablamos sobre la importancia de crear alianzas para potenciar la creación audiovisual para la infancia y la adolescencia en Cuba, que las alianzas que logramos concretar.
No es tarea fácil, pero los resultados avalan el esfuerzo de coordinar trabajos, perspectivas y estilos diferentes, en función de una comunicación de calidad para los más pequeños de casa.
Uno de los referentes que por estos días alientan la búsqueda de alianzas es Gatoypón.
Inicialmente, los realizadores Luis Ernesto González y Jorge Oliver, de Animados ICAIC (Cuba) se propusieron crear una serie animada, cuyo escenario sería un pueblo habitado por gatos y otros animales: Gatoypón.
La idea llegó hasta el sello discográfico Bis Music (Cuba) y se desdobló en un producto peculiarmente rico: Gatoypón, el musical.
Este proyecto se propone contar las aventuras de la gata Mini y sus amigas, Misu y Miau (en el pueblo ya conocido), en unas 12 canciones, con sus respectivos videoclips, los cuales estarán disponibles al público en formato DVD.
Según declaraciones de Luis Ernesto González a Creativa, hasta la fecha se han concretado dos entregas (compartimos los videos a continuación) y se encuentra en proceso la tercera, “Una noche para soñar”.
En Gatoypón confluyen dos elementos importantes: uno que ya predomina en el gusto de los NNA: el audiovisual; y otro que necesita ganar notoriedad en el mismo campo: la música infantil.
En un contexto donde los productos musicales destinados al público adulto han invadido los espacios doméstico, recreativo, escolar… Los ritmos modernos, interpretados por Annié Garcés, Adrián Berazaín (y próximamente, por Kiki Corona, Vania Borges, Christopher Simpson…) pueden ser “la contraofensiva”.
Tanto Mini Misu Miau como Valentín anuncian la diversidad y naturaleza contagiosa de Gatoypón, y podrían convertirse fácilmente en embajadores de buena voluntad en programas de radio y televisión a lo largo de la isla.
Quizá por ello sea aconsejable concebir los audiovisuales pendientes con códigos que resulten familiares a niños y niñas de toda Cuba, con los cuales puedan sentirse identificados o, mejor aún, representados.
La animación ofrece una amplísima gama de posibilidades a la creación y probablemente constituya el estilo más factible para lograrlo.
Con esas cuestiones en mente, aguardamos con ansias para disfrutar el universo completo de Gatoypón, el pueblo más gatuno del que haya escuchado canción alguna.