Con este programa (Cuba) niños, niñas y adolescentes aprenderán diferentes especialidades de la realización audiovisual.
¿Cuándo has dicho algo así como: Vamos a leer un libro juntos?
¿Y cuántas veces: Vamos a ver una película juntos?
Desde que el cine se convirtió en una experiencia compartida, desde que la televisión nos unió mediante ondas, desde que los videos, cada vez más breves y rápidos, nos conquistan desde la pantalla del teléfono móvil…
El audiovisual se ha convertido en la forma más popular de consumir y brindar información en la actualidad.
Cuba no es la excepción a esta tendencia.
Y son las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, que nacieron rodeados por las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones que privilegian este formato, los usuarios por excelencia del audiovisual.
Sin embargo, ello no implica necesariamente que desarrollen habilidades de selección, recepción crítica o creación.
Y el audiovisual puede funcionar como una fuente de desinformación, manipulación, banalización…
Por tal motivo, desde hace un tiempo considerable, tanto en el ámbito foráneo como en el nacional, profesionales de los medios de comunicación, el sector educacional y de la cultura, enfatizan la importancia de la alfabetización o educación audiovisual.
El propósito es dotar a NNA de herramientas que les permitan aprovechar este tipo de productos en su beneficio, como una vía para informarse, expresarse, defender sus derechos e incidir en la transformación de sus comunidades.
Aunque la educación audiovisual resulta una estrategia evidentemente necesaria, en nuestro país aún no se implementa con la infraestructura, alcance y sistematicidad que pueden generar un impacto significativo.
Consideremos un par de ejemplos:
El diseño curricular de las diferentes enseñanzas no incluye una asignatura dedicada exclusivamente a la apreciación, educación y creación audiovisual.
Por otro lado, ante el déficit de instructores de arte en varias provincias, este año el Ministerio de Cultura tomó la decisión de abrir nuevamente las aulas de esta carrera, en las escuelas de arte del país.
Al nuevo programa de estudio se le añadió la especialidad de Literatura, pero el audiovisual continúa ausente.
No obstante, sí existen instituciones y personas que, a lo largo de la Isla, a través de proyectos comunitarios y socioculturales, se encargan de iniciar a NNA en el camino de la realización audiovisual.
En ese sentido, hemos analizado la experiencia de diferentes miembros de la Red Cámara Chica.
“El proyecto Cámara Chica nació en 2013, con el apoyo del Consejo Nacional de Casas de Cultura y de British Council Cuba. Durante estos años, muchos niñ@s y adolescentes a lo largo de toda la isla, han creado desde el audiovisual un valioso fondo de obras que nos hablan de sus familias, contextos, preocupaciones y sueños”, comenta la animadora cubana Ivette Ávila Martín en su perfil de Facebook.
Si bien estos ejemplos inciden de manera positiva en su radio de acción, se requieren acciones que amplifiquen los efectos de la alfabetización audiovisual, haciéndola accesible desde cualquier punto de la geografía cubana.
Acciones como El Rodaje, una producción de Animados ICAIC, British Council Cuba y Producciones Cucurucho, escrito y dirigido por la propia Ivette Ávila, con el que niños, niñas y adolescentes aprenderán las diferentes especialidades de la realización audiovisual: desde el guion hasta la edición.
Constará de 10 capítulos y se estrenará en el último trimestre de este año. La televisión cubana y las plataformas digitales serán los principales canales de acceso a este producto, que incluye lecciones de jóvenes artistas con experiencia en el tema, cápsulas con historias y curiosidades, y subtitulaje con lengua de señas.
“La ilusión de aportarle a la creación audiovisual desde la infancia y la adolescencia en Cuba, es el motor impulsor de EL RODAJE y Cámara Chica su principal colaborador”, explica Ávila Martín en su perfil de FB.
He aquí una iniciativa concreta que puede representar un paso de avance sólido hacia la alfabetización audiovisual por la que tanto abogamos.
En especial, porque se sustenta en el papel activo de niños, niñas y adolescentes: los asume como creadores por excelencia y les facilita herramientas para que sean capaces de generar, con mayor dominio, sus propios contenidos.
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